10 frases que ningún niño debería oír

Estoy segura de que hay muchas más frases que podríamos añadir a la lista, pero estas creo que son las frases que oigo con más frecuencia (unas más que otras) y que me ponen bastante nerviosa. Ah, y por cierto, cuando digo que ningún niño debería oírlas es porque pienso sobre todo en ellos, pero por supuesto tampoco se las deberíamos decir a ningún adulto, a ninguna persona, vaya…

1. ¿Ves? ¡Te lo dije! : Especialmente cuando es, por ejemplo, después de una caída. El adulto le había dicho al niño que no hiciera tal cosa porque se iba a caer, el niño se cae, se hace daño, llora porque le duele y, ¿qué le dice el adulto? ¿En serio? Es que no podría pensar una frase más odiosa. Todos, como adultos, odiamos que nos digan eso. Nosotros ya recordamos qué nos «recomendaron», nosotros ya sabemos que nos hemos equivocado y el otro tenía razón, ¿de verdad es necesario ese restregar en las narices, aun por encima? NO.
2. Eso no es nada: A ver, eso lo decidirá el niño, que es quien lo está sintiendo en esos momentos. A lo mejor para nosotros no es nada, pero para ellos sí. ¿Nunca te ha pasado que te has sentido mal por algo que otros no entendían, que a otros les parecía que no era nada? ¿Te gustó que te dijeran que no era nada? Seguro que no. Sobre este tema y la necesidad de dejar llorar a los niños sin quitarle importancia a lo que le ha pasado también hablo en este otro post.
3. Mira que ese señor te va a llevar: si el señor al que os referís es mínimamente normal y os oye decir eso os aseguro que no le va a hacer ninguna gracia y no lo digo porque sí, un amigo me dijo que en alguna ocasión alguna madre le había dicho eso a su hijo señalándolo a él y a él le había parecido horrible que le dijeran que ÉL iba a llevarse a ese niño secuestrado (porque seamos realistas, es lo que estamos diciendo). Además de esto, que se refiere a los sentimientos del «señor» en cuestión, ¿de verdad queremos meterle al niño miedo de que señores de la calle se los lleven así de repente un día? Una cosa es que sea cuidadoso y que no confíen en los desconocidos, y otra meterle el miedo de que las personas de la calle se lo pueden llevar. Yo tendría pánico a la calle y a los desconocidos si me dijeran algo así.
4. Mira que ya no te quiero: esta frase me parece muy fuerte y la última vez que estuve en España la oí un par de veces, y encima repetida por si al niño no le había quedado clara… (No sé si aquí en Alemania la dicen porque no tengo un buen nivel de alemán, o turco, o árabe, o ruso… vamos, de casi ninguna de las lenguas que se hablan aquí en los parques). Me parece algo terrible decirle algo así a un niño, es un soborno en toda regla y encima no es un soborno con cualquier cosa: es un soborno con nuestro amor. Es que me parece tan fuerte que no sé qué más decir. En serio, dejemos de decirles burradas a los niños. Los niños tienen que saber que los queremos «no matter what«, o sea, pase lo que pase. No podemos crear en ellos el estrés de que «si nos decepcionan» o «si se portan mal» dejaremos de quererlos. ¿Cómo te sentirías tú si pensaras que si haces algo mal o te equivocas tus padres o tu pareja dejarían de quererte? Yo me estresaría y me bloquería tremendamente.
5. No llores, que te pones muy feo/fea: esta me indigna de la misma manera que la número 2 y por razones similares que ya he explicado en este otro post. Vamos, como si la estética y el estar guapo fuesen razones para reprimir nuestros sentimientos… Si me pongo fea mientras lloro me la suda, si necesito llorar, lloraré.
6. No llores, que los hombres no lloran: ay madre, esta es aún peor… Esta también está explicada en el post al que os remito en la frase anterior. No entiendo este mundo en el que se habla de eliminar el sexismo pero se educa a los hombres diciéndoles que no deben llorar… Alucino.
7. Si no te lo comes todo no vas a crecer: a ver, el crecimiento no está relacionado con la cantidad de comida que comemos, a no ser en problemas de desnutrición, que no suelen ser el caso de los niños a los que se le dicen esto, vaya… La comida que comemos como mucho puede ayudarnos a crecer a lo ancho. No por comer más vamos a crecer más, ser más altos… Sino que se lo digan a la gente bajita, o a los enanos: «¿Ves? Si hubieras comido más cuando eras pequeño…» Seguro que les haría mucha gracia… Ningún endocrino del mundo, en un problema de crecimiento, os dirá que la razón es que el niño come poco. Si esa fuese la razón no existirían tratamientos como el de la hormona de crecimiento. Nos dirían «déle más de comer» y todos tan contentos.
8. ¡Porque lo digo yo!: que gran lección de autoritarismo. No hay mejor forma de enseñar a un niño a ser sumiso, obediente y conformista… En este grupo podemos meter también el «porque sí» y «porque no». A los niños hay que explicarles las razones de nuestras decisiones, de ese modo les resulta más fácil aceptarlas y, además, no los acostumbramos a aceptar «órdenes» porque sí. ¿Queremos hijos sumisos, obedientes y conformistas? Me parece que no, y sin embargo pretendemos que acepten en casa una dictadura. Si queremos que de mayores luchen por lo que quieran, sepan decir que no, debemos aceptar que lo hagan en casa.
9. Tienes que compartir: frase tan frustrante para ellos como innecesaria desde el punto de vista de la educación, porque encima les decimos algo que no es cierto, no «tienen que compartir», las cosas no funcionan así. Este tema también lo he desarrollado en otro post, lo tenéis aquí.
10. Cualquier cosa humillante delante de él como si no lo estuviera oyendo… Esto se hace con tanta frecuencia y es tan tan humillante… Los niños nos entienden, no son tontos. Mi hijo tiene poco más de dos años y ya cuando hablamos de él se entera, nos mira con curiosidad y a veces repite lo que yo le estaba contando a su padre, en plan «sí, Antek hizo eso». Es decir, que nos entienden y casi siempre escuchan, incluso cuando creemos que no, así que a no ser que no esté delante, no deberíamos comentar cosas que puedan resultarle humillantes en su presencia. (Lo que yo suelo contarle a su padre es lo que él ha hecho durante el día, no incluyo información humillante por supuesto, ni siquiera con su padre que hay confianza). Además, si mi hijo con poco más de dos años entiende casi todo, imaginad los que son más grandes…

Sé que a veces algunas las usamos sin querer, porque las tenemos quizá interiorizadas por haberlas oído en nuestra infancia pero creo que deberíamos intentar ser conscientes de que no son precisamente adecuadas y deberían desaparecer de nuestro vocabulario.

¿Y tú? ¿Cuál añadirías?