Me gustaría saber aceptar que te hayas desvelado a las 5 y ya no seas capaz de seguir durmiendo.
Me gustaría saber levantarme de cama con una sonrisa, preparada para empezar a disfrutar del día y de tu genial compañía ya desde tan tempranas horas.
Me gustaría sonreírte cuando me enseñas lo que haces o abres ese libro que tanto te gusta para que lo leamos juntos.
Me gustaría reírme contigo cuando te ríes porque algo te ha hecho mucha gracia.
Me gustaría recordar que no tienes reloj y que si te has despertado y no sientes sueño no entiendes por qué has de seguir tumbado en cama, porque no sabes qué hora es.
Me gustaría recordar lo que sé, que los días son largos pero los años cortos, que debo atesorar cada día y cada momento contigo porque llegará un día en que incluso estos días los eche de menos (sí, ahora me cuesta creerlo, y aún así sé que así será…)
Me gustaría vestirte jugando, como hacemos todos los días, reírme contigo cuando haces tu baile del pañal.
Me gustaría tener más paciencia mientras nos preparamos para salir y justo en ese momento decides que tienes que jugar con algo.
Me gustaría ser capaz de llevar a la práctica tantas cosas que sé, tanta teoría… que tienes otros ritmos, que entiendes el mundo de una forma diferente, que no tienes reloj, ni prisas, que lo único que te interesa es jugar porque lo que te interesa es lo que te divierte, que cuando te frustras lo estás pasando mal porque hay algo que no entiendes, que cuando lloras me necesitas, que cuando no necesitas mi ayuda no debo ofrecértela, que cuando quieres ser autónomo debo respetarlo…
Y sin embargo cuando te despiertas, te desvelas, miro el reloj y veo que son las 5, se me cae el mundo encima.
Me levanto de mal humor, pensando en lo bien que estaba en cama, en el sueño que tengo y en las pocas ganas que tengo de levantarme…
Veo lo que me enseñas y me cuesta abrir los ojos, me siento cansada y no tengo ganas de luchar con ese cansancio. Me tumbo en el sofá y te observo para que no te sientas solo.
Me pongo nerviosa cuando intento vestirte y te lo tomas como un juego, escapas o colocas los pantalones de bufanda.
Recuerdo lo cansada que estoy, que me he levantado a las cinco, que Tata se ha quedado en cama dos horas más, mientras yo estaba contigo al pie del cañón.
Me siento desbordada, de mal humor, y sobre todo tengo ganas de estar sola.
Y cuando haces tu baile del pañal intento sonreírte porque sé (porque de verdad lo sé) que nada de esto es culpa tuya, que soy yo la que tiene un humor de perros que hace que me tome todo mal.
Me desespera ver cómo te pones a jugar tú solo (por fin) justo en el momento en el que estoy vestida, con el abrigo puesto y calzada, preparada para salir…
Y encima a todos esos sentimientos, hay que sumar el de frustración, el de conocer la teoría pero no saber llevarla siempre a la práctica, el de sentirme desbordada y sin recursos para superar una situación que no tiene nada, en la que lo único que tengo que hacer es aceptar la realidad, aceptar que te has desvelado a las 5, por mucho que me duela. Y con eso todo lo demás desaparecería y yo sería yo, en lugar de ser una malhumorada a la que le cuesta sonreír, una persona desesperada que solo está deseando que llegue la hora de la siesta…
Dejé mi trabajo y decidí quedarme contigo, encargarme personalmente de tu educación, disfrutar de tu infancia mientras dura… No ha habido un solo día desde entonces en qué me haya arrepentido de esa decisión. Me alegro de estar acompañándote en estos primeros años de tu vida. No obstante, debo confesar que no siempre soy la madre que quiero ser, porque no siempre tengo la paciencia que quiero tener, porque no siempre soy capaz de darte lo que quiero darte, porque no puedo recibir visitas improvisadas en mi casa que normalmente está hecha un desastre, porque paso olímpicamente de planchar (tu ropa, la mía y la de Tata), porque hay días que tengo que ir a la tienda dos veces ya que se me olvida comprar las cosas que más necesitamos, porque cuando duermes tu siesta no «adelanto trabajo en casa» sino que me siento y me relajo para tener las pilas cargadas cuando despiertes… No, no soy una madre perfecta, porque a veces siento que me voy a volver loca cuando me dices «Mamaaaaaaaaaaaaa, mamaaaaaaaaaaaaaaa, mamaaaaaaaaaaaaaa» una y otra vez, y cuando te pregunto «¿Qué quieres? Dime. Cuéntame. ¿Qué puedo hacer por ti?» tu respuesta sigue siendo la misma «Mamaaaaaaaaaaaa». Porque a veces creo que me voy a volver loca cuando tengo que hacer cosas y tú quieres que te coja en brazos… Y luego cuando nos vamos de casa decides ponerte a jugar solo como nunca…
Pero debes saber que, a pesar de todo, de como a veces me frustro, me desbordo, creo que me voy a volver loca, me siento agotada o estresada, SIEMPRE te adoro. Porque eres mi vida, porque eres lo mejor, la persona más increíble que he conocido, la persona que más me ha enseñado de la vida y de mí misma, la persona que cada día me muestra cómo es posible encontrar felicidad en pequeños detalles, la persona que cada día me muestra lo que de verdad importa.
Siempre he pensado que el amor de verdad era el que sentías por alguien cuyos defectos conoces (querer a alguien cuyos defectos no conoces es demasiado fácil). Tú conoces mis defectos y me quieres, y yo sé que es amor sincero. Yo todavía no conozco los tuyos, o no sé verlos, pero por primera vez sé que, a pesar de todo, también es amor de verdad 🙂
Para mi amorcito Antek, de su Mamaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.
Todas en un momento u otro no somos la madre que nos gustaría ser, pero así es la vida, no siempre estamos al 100%, por muchos motivos, entre ellos el de no descansar como se debería.
Me ha gustado leer este post. Hace poco también hablaba yo de algo parecido, si te apetece, te dejo el enlace: https://mamacuchufletadotcom.wordpress.com/2017/02/17/despues-de-la-tormenta-me-siento-mala-madre/
Besitos y ánimo! en unos años descansaremos más, o eso espero jajaja
Me gustaLe gusta a 1 persona
Yo estoy segura de que en unos años descansaremos algo más, al menos por las noches. Y echaremos de menos esta etapa, habiéndonos olvidado de los despertares y la frustración de todo lo que quieren hacer y no pueden… Echaremos de menos todas las cosas graciosas que hacen, porque también hay que reconocer que esta edad es muy graciosa 🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona
Claro que si! Cada etapa tiene lo suyo, y pese a descansar un poco regular, todo lo demás es muy divertido, yo me lo comería cada día, además ahora está en una etapa de osito amoroso que es tan tierno!
Me gustaLe gusta a 1 persona
🙂 Y cuando empiece a hablar de morirás de la risa todos los días también 😉 Y con el juego simbólico… la imaginación… La verdad es que son geniales 🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona
Con el hablar me río muchísimo, está en modo loro pero con lengua de trapo y es divertidísimo!! 😝
Me gustaLe gusta a 1 persona
La lengua de trapo es genial. A mí me daba pena incluso pensar que un día hablaría normal y no volvería a repetir esas palabras tan graciosas, jeje. Pero luego también son graciosos, la verdad 😉
Me gustaLe gusta a 1 persona
Claro que si, cada etapa tiene su cosa, la pena es que crezcan tan rapidísimo! Jajaja
Besitos guapa! Una conversación muy agradable 😉
Me gustaLe gusta a 1 persona
Jajaja. Lo mismo digo!! 😉 Besitos! Ah! Y no te pierdas mi post recopilación de actividades para la primavera, si te gustó el de invierno este te encantará, lo he hecho en colaboración con otras mamis y estoy super emocionada de la cantidad de actividades que hemos juntado entre todas!!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hombre pues tendré que verlo! Me has tomado el relevo en las recopilaciones aiiiix si es que no me da la vida 😅
Me gustaLe gusta a 1 persona
Jajajajajajajaja. Pero ahora me refiero a la lista de actividades para hacer con peques en primavera, no a una recopilación de posts 😉 Yo esta última intento ir haciéndola poco a poco, cuando encuentro uno que me gusta lo anoto ya con el texto que quiero que acompañe y eso… Así en el día es solo releer, mejorar y publicar (e incluso solo eso me lleva más de media hora, jajaja)
Me gustaLe gusta a 1 persona
Si, yo también lo hago así, pero últimamente apenas tengo tiempo de leer demasiado, época de estrés jeje
Me gustaLe gusta a 1 persona
Yo tampoco, la verdad, por eso siempre empiezo mis listas diciendo que son de lo poco que he leído y que seguro que hay un montón de posts geniales que no incluyo por no haberlos leído jejeje
Me gustaLe gusta a 1 persona
Claro, eso está bien! Jajaja
Me gustaLe gusta a 1 persona
Otra malamadre presente!
Como bien dices, una cosa es lo que sabemos y lo que nos gustaría y otra como el cansancio, la rutina, etc, hacen que reaccionemos. Pero todo el mundo tiene sud momentos de flawueza.
Un saludo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Claro, creo que todas los tenemos y simplemente he querido reflejarlos porque a mí al menos me consuela saber que otras mamás pasan por lo mismo o similar. Espero que el post ayude a sentirse mejor a alguna mamá que a veces se sienta mal y piense que el resto somos perfectas siempre… Yo no lo soy ni siempre, ni casi siempre, creo que ni siquiera a menudo… Un abrazo!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me ha encantado, sin palabras, me siento identificada.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me alegro, elegí un día en el que mi mal humor se debe a despertar temprano, pero es solo un ejemplo, también me pasa eso a veces en otras situaciones. Lo importante es saber que son días y momentos, que todas los pasamos y que nada de eso significa que queramos menos a nuestros terremotos 😉
Me gustaLe gusta a 1 persona
presente otra mala madre!! me siento muy identificada con muchas o casi todas las cosas qeu dices, porque no es culpa de ellos, sino muchas veces uestra, que no sabemos mirar con sus ojitos o pensar con su cabecita…nadie dijo que fuera fácil!!ajajaj, un besazo!!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Claro, el problema está en que incluso cuando sabemos mirar con sus ojitos, ponernos en su lugar, no tenemos los recursos necesarios para actuar o reaccionar de la manera que nos gustaría… O al menos yo así lo siento 🙂 Un beso!!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Genialll!
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Gracias!
Me gustaMe gusta
A veces sentimos que no hacemos bien las cosas y que cualquiera hubiera podido hacerlo mejor. Debemos dejar a un lado nuestra culpa y centrarnos en que somos conscientes de que queremos hacerlo de otra forma. No eres una mala madre y, mucho menos, una del club y tu post lo demuestra. Y yo me alegro infinitamente por ello
Me gustaLe gusta a 1 persona
La verdad es que yo no creo que cualquiera podría hacerlo mejor que yo, de hecho me siento bastante segura con lo que hago, aun sabiendo que no siempre hago las cosas como quiero… Pero me siento la suficiente confianza como para que me dé pánico que me pase algo y no poder criarlo y que lo haga otra persona… Pero bueno, creo que es un pánico generalizado en cualquiera madre… Todas, por mucho que a veces pensemos que somos terribles madres, tememos que nos pase algo y no poder seguir estando ahí, para cuidarlos, de nuestra imperfecta perfecta manera. Gracias por tus palabras!
Me gustaMe gusta