Maternidad · Trucos de madre

La técnica del Timer… al revés ;)

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Hace ya varios meses que descubrí la técnica del timer gracias a un post de Mi regazo. Tardé bastante en empezar a usarla, no estaba convencida de si funcionaría con Antek, si todavía era muy pequeño… Finalmente, me decidí a probarla y funcionó bastante bien, al menos la mayor parte de las veces.

Si quieres saber de qué trata la técnica, lo mejor es que veas el post original, pero por hacerte un resumen muy resumido te diré que se trata de poner una alarma para señalar el fin de una actividad y que se usa sobre todo para esos momentos en los que no hay manera de conseguir poner fin a algo o para salir de casa, por ejemplo.

No la usamos siempre y no la usamos para todo, pero hay veces que siento que nos hace falta y le digo «Antek, te lo estás pasando muy bien, pero tenemos que marchar. Voy a poner una alarma y cuando suene la música nos vamos, ¿vale? ¿Cuántos minutos ponemos?» Y cuando suena la música, no voy a mentir, muchas veces dice que quiere más y tenemos conflicto de todos modos, jejeje. Pero muchas muchas otras dice «Música Mama, ¡tenemos que marchar!» y nos vamos tan felices…

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Pues resulta que últimamente he empezado a intentar darle a Antek presencia «de verdad», a sentar el culo en el suelo, a jugar con él, a no levantarme si suena el móvil, a no pensar mientras jugamos en lo que voy a hacer de comer o lo que vamos a hacer después… Presencia de la que deseo que me den a mí cuando alguien decide pasar un rato conmigo. Y desde que le doy esta presencia, es tan feliz que romper esos momentos le cuesta muchísimo… Yo creo que teme que no vuelva a jugar con él, se lo está pasando tan bien que cuando le digo «Ahora voy a hacer la comida» entra en estado de pánico pensando quizá que ya no voy a volver a jugar con él de esa manera nunca más… No sé… Pero la verdad es que me resultaba un tanto agobiante que incluso dándole toda la presencia que soy capaz de darle, luego no me deje hacer cosas que necesito hacer como ir al baño o hacer la comida. Yo, ingenua, pensaba que al darle más presencia luego me permitiría de mejor agrado ese momento de «separación», de «ahora sigues jugando solo mientras yo cocino», pero no…

Así que hoy, que necesitaba hacer algunas cosas y quería hacerlas sin conflicto, se me ocurrió una idea. «Cariño, vamos a poner una alarma; cuando suene, voy a ir a hacer otra cosa mientras tú puedes seguir jugando solo. PERO, voy a poner otra alarma (de los mismos minutos, sin trampas) y cuando suene vuelvo a jugar contigo, ¿vale?»

La primera vez que sonó no le gustó, empezó a pedirme que siguiera jugando con él, pero el enfado no le duró ni un minuto y ya se fue al salón a jugar solo. La siguientes veces no solo no se enfadó, sino que poniendo cara de «¡qué le vamos a hacer!» me miraba y me decía «tienes que ir, mamá» como entendiendo que a mí también me molestaba porque yo también prefería quedarme a jugar con él, jeje 🙂

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Total, que fue todo un éxito, porque cada vez que la alarma sonaba y teníamos que dejar de jugar juntos sabía que en unos minutos la alarma volvería a sonar y volvería a jugar con él. Sabía que iba a volver e íbamos a continuar el juego. Fue todo un éxito y por eso he querido compartir esta versión del timer, por si alguien decide probarla también.

Evidentemente, no vamos a hacer estos todos los días, creo que me agobiaría demasiado tener un cronómetro sonando cada 15 minutos. Estoy intentando que nuestro día fluya, sin estrés, sin reloj, sin forzar, en plan «slow life» total, mindfulness también, disfrutando de los días, de los momentos, de la sencillez… Pero reconozco que para un día en el que hay algo que tengo que hacer y sé que necesito que me deje hacerlo, necesito su colaboración, esta técnica del timer para los dos, no solo para él sino también para mí, me ha encantado y creo que volveré a usarla 🙂

 

¿Y tú? ¿Has descubierto últimamente algún truquito que quieras compartir? 🙂

 

NOTA: Cuando he dicho «presencia de verdad» me refiero a la que menciona Yvonne Laborda en un post sobre el mayor peligro del unschooling:

Estar presente es tener el culo en el suelo y jugar con ellos, es escuchar la misma canción una y otra vez por qué a nuestro hijo le encanta, es ver esa peli con ellos aunque ya la hayamos visto 3 veces esta semana, es escucharle y mirarle atentamente cuando nos habla, es leerle ese libro otra vez, es mirarlos mientras juegan solos, es cocinar con amor sus platos preferidos, es llevarlos a los sitios que más les gustan, es interesarnos por las cosas que a él o a ella le interesan, es darle más de aquello que le gusta, interesa o apasiona, es preguntarle cómo se siente, es ofrecernos para lo que necesiten, es mostrarles el mundo a través de nuestros ojos…

Estar presente no es olvidarme de ellos mientras yo hago lo mío, no es  pensar que ellos se las arreglan solos, no es esperar a que me llamen 3 veces antes de atenderles, no es posponer lo suyo siempre ante lo mío, no es aburrirme cuando estoy con ellos, no es pensar en mis cosas mientras hago ver que estoy allí, no es hacer 4 cosas a la vez, no es ir con prisas…

10 comentarios sobre “La técnica del Timer… al revés ;)

  1. Hola!
    Me ha encantado la técnica, creo que te voy a copiar esto también 😂 Hemos usado la versión clásica de la técnica durante un tiempo pero últimamente funcionaba igual que solo avisar y al rato terminar la actividad, así que dejé de usarlo… También me he dado cuenta de que a veces el drama no es por intentar alargar «un ratito más» sino su manera de expresar que le da pena que termine algo que le gusta, así que, aunque todavía me siento rara, valido y reconozco su emoción en plan libro «Te da mucha pena dejar…. porque te lo pasabas muy bien? A mí también me pasa cuando he de dejar algo que me gusta mucho… Puedo hacer algo para que te sientas mejor?» A veces la respuesta es un «nooooo! Yo quiero….» pero otras sí pide algo (un abrazo, que la lleve al brazo, un muñeco, negocia nuevo juego para acompañarme…)
    Voy a ver si encuentro donde suscribirme, que soy un poco pava y me gusta leerte pero se me olvida dejarte el correo 😂
    Un abrazo

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    1. Jeje, gracias por suscribirte 🙂 Yo en estos momentos estoy en un momento en que no me da la vida para leer casi a nadie y me da mucha rabia porque me gusta leeros a las demás mamis blogueras como yo… Pero Antek ha dejado la siesta y aunque antes de acostaba super pronto, ahora lo hace tardísimo y entre no tener el tiempo de la siesta y casi tampoco el de la noche… uff, no tengo tiempo para nada…
      Una de las cosas buenas de esta técnica al revés, desde mi punto de vista, es que nos damos un poco de nuestra propia medicina, jejeje. Es decir, al hacerlo yo he visto también la otra cara de la moneda, lo molesto que es estar algo y que una musiquita me diga que tengo que parar de hacerlo… Y me ha servido para empatizar más 😉
      Lo de validar lo que siente también lo hago, no siempre me sale como me gustaría, todavía me siento un poco torpe con las palabras, pero voy intentando perfeccionar el lenguaje.
      Un abrazo!

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  2. Nunca había leído de esa técnica… Creo que la practicaré cuando llegue el momento… Por ahora mi hija aún es pequeña …
    Me dio pena pensar en las caritas triste que ponía tu hijo pero indudablemente todos esos tiempos de calidad para el son los verdaderos recuerdos que atesorara… Te lo digo como hija de una madre que dejaba de hacer lo suyo por sentarse en el suelo con nosotros.

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    1. Pues sí, la verdad es que la emoción que siente cuando le propongo jugar con él, la cara que pone cuando jugamos juntos, cómo me pide que juegue con él… Veo lo mucho que le gusta, la importancia y el valor que le da. Y de hecho incluso veo que ahora juega más solo, creo que empieza a aceptar mejor esos momentos en que no puedo jugar con él.

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    1. A mí es que lo de ser firme no siempre me sale porque no lo soy para muchas cosas… Soy una persona muy flexible entonces no me sale ser firme para esto… Ese post sobre la pedagogía waldorf ya lo había leído, me lo encontré hace meses cuando estaba buscando ideas para establecer una nueva rutina 😉 Me pareció super interesante, la verdad.
      Por cierto, una cosa muy interesante de la técnica del timer al revés es que nos damos cuenta de lo molesto que es que una musiquita nos diga que tenemos que dejar algo que estábamos haciendo 😉 Y creo que eso nos da todavía más empatía para esos momentos en los que se la ponemos pero les cuesta dejarlo… Y supongo que en parte por eso me cuesta ser tan firme con esto 😉

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    1. Pues sí, y la verdad es que en el momento en que me puse el temporizador a mí misma me di cuenta de lo molesto que es, jejejejejejeje. Así que me parece que está bien de vez en cuando ponérnoslo a nosotras y que vean que todos «jugamos» con las mismas reglas 😉

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    1. Me parece genial. La verdad es que cuando lo hacemos vemos lo mucho que les gusta, lo mucho que lo valoran… A Antek le encanta que me siente a jugar con él y yo creo que es gracias a que a veces juego con él que otras veces puede ponerse a jugar él solo y disfruta un montón. Besos

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