Hace unos días estaba en un grupo de juegos con Antek y había un niño que quería coger un camión con el que estaba jugando él. A Antek esto por supuesto no le gustaba, verlo al acecho, como un águila, mirando como jugaba con él, pero al menos sin lanzarse a cogérselo (que es lo que habrían hecho muuuuuuuuchos otros niños). De todos modos, a Antek no le gustaba, de vez en cuando me pedía que lo cogiese yo, como si tuviese miedo de que a él se lo quitase pero pensase que a mí me iba a respetar más y no me lo iba a quitar. Le dije que me parecía que solo estaba mirando como jugaba, que podía seguir jugando con él y cuando se cansase dejárselo.
No, no lo forcé a dejárselo al otro niño porque no me parecía justo. En el grupo de juegos hay muchos juguetes, y Antek eligió precisamente ese porque le encanta. No me parecía justo forzarlo a dejar su juguete preferido solo porque lo quería otro niño. Además de que no estoy de acuerdo con lo de «hay que compartir», como ya expresaba en este otro post, no le veía sentido porque en muchas ocasiones los niños simplemente quieren un juguete con el que está jugando otro niño porque está jugando otro niño con él y si el juguete no lo estuviese usando nadie, no lo querrían. Entonces, a cada dos por tres tendría que decirle a Antek que le diese el juguete con el que juega a otro niño. ¿Qué sentido tiene eso? Sigue leyendo «¿Criamos de forma coherente y consciente?»