Así lo pasamos · Cocina con Antek y Mamá

Cocina con Antek y Mama: hamburguesas de lentejas y arroz

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El post de hoy será muy breve (o al menos esas son mis intenciones), ya que no necesito dejaros la receta, porque la tenéis aquí. Lo único que quiero compartir hoy es la experiencia. De hecho diría que el post de hoy es una mezcla de Cocina con Antek y Mama y Así lo pasamos (donde cuento lo que hacemos en un día cualquiera). Simplemente me apetecía compartir cómo me las arreglo con él en la cocina, en plan «maternidad real» 😉

La receta es de BLW Recetas o Happy BLW, página en la que puedes encontrar un montonazo de recetas saludables para hacer para tu peque (y para ti). Como curiosidad, aprovecho para decirte que la semana pasada hicimos los blinis de algarroba y plátano y estaban deliciosos.

Estas hamburguesas las hice ya hace varias semanas, así que el post de hoy ni siquiera es sobre el proceso para hacerlas, ya que entonces sobraron bastantes, las congelé en grupos de 3, y hemos tenido para varias comidas. Hoy, lo único que tenía que hacer era descongelarlas y preparar aquello con lo que las fuésemos a tomar… Y así nos fue:

  1. Terminamos de leer el libro que estábamos leyendo y le dije a Antek que era hora de hacer la comida. Antek me dijo que no, pero yo insistí en que había que hacerla. Le dije que podía hacerla yo sola y el podía seguir jugando solo, o podíamos hacerla juntos.
  2. Después de un buen rato de repetición (Antek protestando y yo insistiendo… no sé por qué no aprendo la lección de que esto no sirve de nada…), mientras buscaba en la nevera qué más podíamos tomar con las hamburguesas, por fin se me encendió una lucecita: «¿Qué te parece si tú lavas los tomates mientras yo preparo el resto?» «¡Vale!» Y por fin la cosa empezó a fluir…
  3. Antes de nada, encendimos el horno. Le expliqué cómo tenía que hacerlo (lo veo ya lo suficientemente maduro para hacerlo, ya que ya ha dejado esa etapa de hacerlo sin ton ni son y solo lo hace si yo se lo pido, igual que con el lavaplatos y la lavadora) y luego le dije que cuando la lucecita que estaba encendida se apagase, tendría que meter las hamburguesas dentro (yo, ¡por supuesto!).
  4. A continuación, limpié el fregadero mientras él arrastraba su silla hasta él y luego empezaba a protestar, cada vez más alto y con peor humor, para que me apartase, mientras yo insistía (sí, otra vez) en que tenía que esperar a que terminase de lavar el fregadero, que no me gustaba cómo estaba. Cuando por fin acabé, puso la silla y me dijo con un tono que no sé explicar con palabras «¡Es que Antek quería poner la silla, Mama!» *Suspiro*
  5. Le di los tomates en su caja y le puse un plato hondo al lado para que los fuera poniendo una vez lavados y así lo hizo. Cuando acabó de lavarlos, le di otro paquete de «tomates pequeñitos» y luego le di dos pimientos. Mientras él lavaba estas cosas, yo corté el queso, la cebolla, el tomate y preparé la lechuga. Lo dejé todo en la tabla, para poner en las hamburguesas, que había decidido que tomaríamos en plan bocata. (Cuando ya tenía todo preparado me di cuenta de que tenía calabaza para hacer la receta tal cual la proponen en Blw Recetas, pero entonces ya era demasiado tarde…)dav
  6. Cuando terminó de lavarlo todo, quitamos el mandil, pusimos la silla en su sitio, Antek cogió dos rebanadas de pan, las metió en la tostadora y la encendió (con mi ayuda, todavía no es capaz solo).
  7. Se sentó en su silla y ya no recuerdo qué fue lo que hizo mientras esperaba, probablemente leer bebida de avena, que es su gran obsesión y desde que está enfermo se pasa el día bebiéndola…
  8. Monté las hamburguesas yo sola y comimos. A Antek le gustó, a cada dos por tres decía «qué rico Mama, qué rico» ;D Cuando me vio hacerle la foto a mi hamburguesa (la primera del post) me dijo que le hiciera también una a la suya 😀 No se ve la hamburguesa, pero está ahí, debajo de la lechuga. (No se la comió toda, comería la mitad, quizá un poco más).dav
  9. Antes de comer, encendimos la vela (nueva costumbre que tenemos en nuestras rutinas, inspirada por la pedagogía Waldorf y De mi casa al mundo) e hicimos el juego de dedos del pollito, idea que también he recogido de un post sobre las rutinas a la hora de la comida de De mi casa al mundo. A Antek le encanta, parece que viene de mejor agrado a la mesa cuando le recuerdo que vamos a «hacer el pollito». Me pide que se lo haga una vez con cada mano y a veces también con una de las mías 🙂
  10. Durante la comida cogió una botella de agua que no tenía mucha agua y se puso a jugar con ella, a moverla, ver cómo se movía el agua, golpearla… Hacía mucho tiempo que no jugaba de esta manera. Al final se levantó y se llevó la botella al salón, donde aún estuvo un buen rato jugando…
  11. Le dije que iba a tomar kiwi y vino corriendo porque le encanta, pero tan pronto como el kiwi se acabó ya le vi las intenciones de volver a su juego al salón, así que le propuse apagar la vela y empecé a recoger la mesa.

No ha sido una comida ideal, pero tampoco de las peores. Yo, por mi parte, agradecí que no se empeñase en sentarse conmigo en mi silla, que es una nueva tradición suya durante las comidas principales… Quizá deba agradecérselo a la botella de agua o al hecho de que él comió sentado en mi silla (¿será mi silla lo que le llama, en vez de sentarse conmigo?)

 

¿Y tú? ¿Cómo te las arreglas para preparar la comida con tu peque en casa? ¿Cómo suele transcurrir la hora de la comida?

 

Para terminar, si crees que tu hijo no come nada y no sabes qué hacer, te recomiendo este post de Mi regazo en el que nos da algunos consejos para acabar con este problema (poco a poco 😉 ).

2 comentarios sobre “Cocina con Antek y Mama: hamburguesas de lentejas y arroz

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